Cuantas veces cambie la sonrisa idiota desfigurando mi rostro en un lamento
cuantas veces decidí levantarme sin ganas de observar solo de ver.
Y prefería escuchar y no oír.
Rodé y rodé y viví sin vivir
toque sin sentir, soñé sin despertar.
Y tan absurda me volví que no descubrí que todos esos olores exquisitos estaban ahí para mi
no noté que todas esas sonrisas eran mías
solo aguardaban que las respondiera.
No creía en sus palabras, en sus caricias, sus voces, sus ¿qué te pasa?
¿Cuantas veces deberé decir: que agradezco que me obliguen a vivir y no sobrevivir.?
Cuantas veces sean necesarias les digo: que los quiero y que les debo mucho mas que mi alegría.
Una vez más gracias