ahora apaga la luz

quédate a oscuras solo escuchando lo que dice tu cuerpo, los anhelos más prohibidos, los pensamientos más ilusos, las creencias acalladas por el pasar de la edad. Que se abran paso cada silencio, cada ente ficticio que te complementa . . . ahora dime, ¿qué ves? . . . bienvenidos a un mundo de ilusiones.

lunes, 21 de abril de 2008

Compartiendo soledad


Surge del silencio una respiración ajena. Un vaho lamentable, casi más triste que mis pupilas.

Saco del vacío un sentimiento sucedáneo, escuálido, escondido entre las rendijas más tristes de mi mente.

Vierto en ese rostro sin nombre miradas que no le pertenecen, palabras carentes de dirección. Hago de ti, sombra triste, lo mismo que tú conmigo: imaginar que todo es real y que tal vez, solo tal vez mañana seremos nosotros.

Emanan así de tus manos ungüentos que sanan fugazmente mis heridas. Dibujas horizontes a los caminos sin salida, esos caminos en los que caigo cuando pierdo la brújula, y sola, solo quedan los pasos a mi espalda, la reversa imposible pero tan, tan anhelada.

Cierras por horas mi boca con tus sabores de fantasía y me obligas a comerme los lamentos, y la soledad calla por unos instantes.

Pasan así ruedos de mi mente por los sinsabores de la vida y por instantes creo que ya no son tan amargos.

Se desvanece el ahora.

Prendo la alerta de fue solo una noche, se activan la conciencia, los no me olvides, las verdades, los remordimientos, y queda la luz prendida, el cigarrillo consumiéndose y la oscuridad más absoluta…. la soledad.